En general, la salida al exterior conlleva la necesidad de hacer frente a multitud de gastos como viajes, misiones, ferias, estudios de mercado, informes comerciales, publicidad, traducciones, etc. Por otra parte, en ocasiones, las empresas españolas se ven obligadas a conceder a sus clientes extranjeros largos plazos de pago como condición necesaria para que les compren.
En particular, algunas empresas españolas fabrican sobre pedido y a medida de las necesidades de sus clientes extranjeros y por ello precisan de liquidez para hacer frente a las compras de la materia prima y a los gastos de producir aquello que van a exportar.